Hechos
1:8 "Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre
vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en
Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo ultimo de
la tierra."
Si
realizáramos un viaje espiritual por la iglesia encontraríamos:
Pecadores, Curiosos, Miembros, Discípulos y Testigos. Definamos
para continuar:
Pecador:
Me concentro en mi vida, no se si me interesa si hay un Dios. Todo
se sujeta a mis propios deseos, Dios no se ocupa de mi, porque yo
de el.
Curioso:
Voy a la iglesia, La enseñanzas son buenas, trato de hacer
lo bueno, ojalá mis buenas obras pesen mas que las malas.
Miembro:
Se que Jesús murió por mi y quiere tener una relación
conmigo, pero no estoy seguro de entregarle todo, solo paso el momento,
recibo bendición y me conformo con poco, no necesito tanto.
Discípulo:
Le he dado mi vida a Jesús, quiero aprende mas de El, El
es mi maestro, paso tiempo con El, oigo su voz, hablo con el y me
relaciono con otros discípulos.
Testigo:
No soy solo un discípulo, si no que he sido confirmado en
poder, el poder de Cristo se personifica en mi, estoy entusiasmado
y no puedo contener las ganas de anunciar lo que Cristo hizo en
mi. Con palabras y hechos.
Un
testigo según el diccionario de la lengua española
es una persona que presencia algo o da testimonio de ello. Según
el griego la palabra testigo es igual mártir, alguien capaz
morir en defensa de su fe, causa o ideal.
Quienes
acepten el desafío de ser un testigo, serán capaces
de dar todo por Cristo, lo mas preciado, hasta la vida. 1 Pedro
2:19-21
Tu
y yo fuimos causa Dios desde el principio del mundo. El creo el
mundo, nos dio señorío, constantemente nos reconcilio,
nos dio a su Hijo por amor, para que nos perdamos sino que vivamos
en forma libre.
Dios
debe ser nuestra causa y emblema, el que nos dió vida nueva,
identidad, integridad y valor. Perseguir su causa por la cual fuimos
alcanzados y alcanzar a otros debe ser nuestra premisa.
Así
como los discípulos tuvieron un encuentro en el Espíritu
Santo que impactó sus vidas y nunca mas volvieron a ser los
mismos, como nos relata la Biblia en Hechos, es necesario como ministros
nos decidamos a encontrarnos en el Espíritu de Cristo para
ser capacitados para testificar. Decidirnos a que el Espíritu
Santo produzca en nosotros manifestaciones que darán testimonio
para salvación (Hechos 2), Decidirnos no solo predicar con
palabras si no con poder para impactar al mundo.
El
Espiritu Santo capacitará tu vida, recuerda que Jesúscristo
encomendó la tarea de alcanzar al mundo solo a unos pocos
y ellos nos alcanzaron por medio de mensaje 2000 años despues.
Seguiremos ampliando.
|